- Catálogo sin precedentes ha producido innumerables aplicaciones para la comunidad astronómica
Desde los antiguos griegos hasta la actualidad, nuestra galaxia ha sido objeto de estudio y admiración. «La Vía Láctea no es más que una masa de innumerables estrellas» dijo Galileo Galilei cuando la observó por primera vez con su telescopio. Hoy, cuatro siglos más tarde, se completó el mapa infrarrojo más grande de la Vía Láctea, después de más de 13 años de observación de las regiones centrales de nuestra galaxia por parte del proyecto “Variables VISTA en la Vía Láctea” (VVV) y su iniciativa complementaria VVV eXtendido (VVVX), un monumental esfuerzo que ha dejado un legado invaluable para la comunidad astronómica.
El trabajo enumera múltiples hallazgos después de muchos años de análisis de datos y 146 coautores de 15 países diferentes en cuatro continentes. El artículo, publicado en la prestigiosa revista europea Astronomy & Astrophysics, está liderado por el profesor Roberto Saito, de la Universidad Federal de Santa Catarina (UFSC) en Florianópolis, Brasil.
Destacando este catálogo estelar sin precedentes y los años de estudios que lo preceden, el astrónomo de la Universidad Católica del Norte y coautor del artículo, Dr. José Fernández Trincado, explica que este es un sondeo astronómico de gran escala, enfocado en estudiar y mapear la región interna de nuestra galaxia a través del infrarrojo cercano.
“La astronomía infrarroja nos permite atravesar esas columnas de gas y polvo de nuestra galaxia y entender la estructura galáctica con mejores detalles. Lo que se ha logrado ahora es construir un mapa de toda esa región interna de la Vía Láctea para entender la estructura, formación y evolución de nuestra galaxia, no sólo en nuestro entorno solar, sino más allá de este” explica el investigador.
Los megaproyectos VVV y VVVX fueron dirigidos por el profesor Dante Minniti, de la Universidad Andrés Bello (UNAB) e investigador principal del Centro de Astrofísica y Tecnologías Afines (CATA), junto con el profesor Philip Lucas, de la Universidad de Hertfordshire (UH) en el Reino Unido. Los astrónomos e investigadores José G. Fernández Trincado, Francesco Mauro, y Christian Moni Bidin de la Universidad Católica del Norte (UCN), integraron estos megaproyectos que tuvieron distintas etapas que duraron años y años, empezando en 2005: planificación, realización de observaciones, análisis de datos y obtención de resultados. Este último paso incluye exploración y publicaciones.
Al principio fue una aventura embarcarse en este gran experimento que supuso una tarea gigantesca, siendo entonces el proyecto observacional más grande en volumen de datos del Observatorio Europeo Austral (ESO), encargado de realizar las observaciones con el telescopio VISTA situado en el Observatorio ESO Paranal en el Norte Grande de Chile. Las observaciones comenzaron en 2010 y finalizaron en el primer semestre de 2023, en un total de 420 noches donde se obtuvieron alrededor de 200 mil imágenes, monitoreando más de 1.500 millones de objetos y generando unos 500 TB de datos científicos.
“Gracias a este sondeo del infrarrojo hemos podido censar objetos muy antiguos, como los cúmulos globulares. Entonces, entender y censar este tipo de objetos muy antiguos, estamos hablando de objetos que existían antes de que se ensamblara la galaxia en sí, nos permite poner un contexto de entendimiento de la galaxia”, añade José Fernández Trincado.
Este survey ha producido innumerables aplicaciones para la comunidad astronómica con interés en estudios de estructura galáctica, poblaciones estelares, estrellas variables, cúmulos estelares y mucho más. Entre los descubrimientos más destacados se encuentran:
– Cúmulos globulares, los objetos más antiguos de nuestra galaxia;
– Estrellas hiperveloces, donde el agujero negro supermasivo central las expulsa de la galaxia;
– Ventanas que nos permiten ver el otro lado de la galaxia a través de todo el polvo y el gas interestelar;
– Estrellas variables RR Lyrae en el centro de la Galaxia, la población más antigua conocida;
– Estrellas enanas marrones y planetas flotantes binarios, los objetos menos luminosos conocidos que no están asociados con ninguna estrella;
– Objetos variables desconocidos que llamamos WIT, acrónimo de “What Is This?» (¿Qué es esto?);
– Miles de galaxias distantes, vistas a través del disco de la Vía Láctea;
– Objetos estelares recién nacidos, que son violentamente variables;
– Eventos de microlentes gravitacionales en el corazón de la Vía Láctea;
– Estrellas variables Cefeidas muy distantes, incluso en las antípodas de nuestra galaxia.
Estos descubrimientos ya produjeron más de 300 publicaciones científicas y también 30 tesis de doctorado en Sudamérica y Europa. El procesamiento de imágenes, el análisis de datos y la exploración científica continuarán durante muchos años más, con innumerables descubrimientos por venir. Este trabajo deja un legado perdurable para la comunidad astronómica, que seguirá utilizando estos datos en diversos proyectos. Muchos de estos estudios serán complementados para una mejor comprensión con observaciones futuras usando el Telescopio Espacial Nancy Roman de la NASA, que será lanzado a finales de 2026.