Astrónomos UCN analizan el impacto del observatorio internacional.
Interacciones galácticas, nebulosas planetarias, presencia de agua en exoplanetas y detalles nunca antes vistos del universo, revelaron las imágenes liberadas del telescopio espacial James Webb de la NASA, escenarios a todo color y datos espectroscópicos que avanzan hacia una nueva era de la astronomía.
El observatorio espacial más complejo y ambicioso jamás construido, el telescopio James Webb (JWST), otorga una vista al pasado de nuestro universo gracias a su sensibilidad infrarroja capaz de penetrar las densas columnas de gas y polvo interestelar.
Equipado con modernos sensores fabricados en la banda infrarroja del espectro electromagnético, el potente telescopio permitirá observar con un gran detalle diversas características físicas de objetos astronómicos como las atmósferas estelares o de exoplanetas potencialmente habitables, interacciones galácticas o contemplar las primeras estrellas y galaxias formadas en el cosmos, cuenta el astrónomo del Instituto de Astronomía de la Universidad Católica del Norte (IA UCN), Dr. José Fernández-Trincado. “La ultra sensibilidad de la que está equipado el James Webb nos permitirá entender mucho mejor los procesos astrofísicos que gobiernan a las galaxias y estrellas en el universo con un detalle sin precedentes”, explica.
Tras su lanzamiento, comenzó el despliegue de sus espejos y el viaje al punto de Lagrange 2 (L2), lugar estable gravitacionalmente localizado a 1,5 millones de kilómetros de nuestro planeta y que cuenta con condiciones ideales para la operación de sus sensores. Una travesía que continuó con la alineación de sus espejos y una serie de testeos, calibraciones y caracterizaciones que precedían al momento más esperado: sus primeros datos.
El lunes 11 de julio, el James Webb reveló la increíble imagen del cúmulo de galaxias SMACS 0723 tal como lucía hace 4.600 millones de años. Plagada de detalles y con miles de galaxias, esta brillante escena conocida como el primer campo profundo de Webb muestra una ínfima porción del enorme universo con objetos tenues nunca vistos en el infrarrojo gracias a la cámara NIRCam.
PRIMERAS IMÁGENES
Un avance en el análisis atmosférico de objetos ubicados a cientos de años luz de distancia mostró el JWST este 12 de julio, cuyos sensores captaron la señales inconfundibles de agua en la atmósfera que rodea a WASP-96b, un planeta extrasolar gigante gaseoso que orbita una estrella distante similar a nuestro Sol.
Ubicado a 1150 años luz de la Tierra, el espectro de luz de este planeta extrasolar fue captado por el infrarrojo cercano y espectrógrafo sin rendija (NIRISS), instrumento que muestra la capacidad que tendrá el telescopio espacial para caracterizar con gran detalle las atmósferas de exoplanetas y el rol que podría jugar en la búsqueda de planetas potencialmente habitables. “El Webb romperá todas las barreras de lo que conocemos. Con la caracterización de la atmósfera de este exoplaneta se abre una nueva era de estudio de su composición”, explica el astrofísico y director del Instituto de Astronomía de la UCN, Dr. Maximiliano Moyano, quien destaca que casi un cuarto del tiempo del primer ciclo de observación se enfocará en exoplanetas y espectroscopía de transmisión.
La tercera imagen revelada captó detalladamente la nebulosa planetaria conocida popularmente como Anillo del Sur y catalogada como NGC 3132. Ubicada a 2500 años luz de distancia, la estrella más tenue en el centro de este espectáculo ha emitido anillos de gas y polvo en todas direcciones durante miles de años, exhibiendo el final de este astro agonizante.
El telescopio le permitirá al mundo astronómico profundizar en detalles de las nebulosas planetarias, conocer las moléculas presentes y ahondar aún más en estos objetos.
Con su poderosa resolución espacial y visión infrarroja, el Webb liberó su cuarta captura compuesta de un gran mosaico con casi 1000 imágenes individuales y más de 150 millones de pixeles para cautivar con el Quinteto de Stephan, un agrupación (visual) de cinco galaxias.
La postal es complementada con cúmulos brillantes de millones de estrellas jóvenes y colas de gas, polvo y estrellas atraídas de las galaxias por las interacciones gravitacionales, datos que se sumarán a lanzamientos en los próximos años y que abrirán nuevos conocimientos sobre las fusiones e interacciones galácticas.
Finalmente, la última imagen encanta con el paisaje de la nebulosa de Carina (NGC 3324) capturada con luz infrarroja, revelando regiones con nacimientos estelares que permanecían ocultas. Acompañando a los “precipicios” cósmicos, las cavidades gaseosas han sido formadas por la intensa radiación ultravioleta y los vientos estelares.
Estas últimas observaciones entregarán información valiosa sobre el proceso de formación estelar y el “nacimiento” de estrellas, tal como se le nombró a esta imagen.
El James Webb va a revolucionar la astrofísica actual, instalando la oportunidad de observar regiones internas de nuestra galaxia con gran detalle y estudiar atmósferas de estrellas y exoplanetas con una precisión sin precedentes. El JWST permitirá mirar atrás en el tiempo, entender cómo era nuestro universo unos 200 millones de años tras el Big Bang y responder tópicos donde aún no existen interrogantes.
Créditos de todas las imágenes: NASA, ESA, CSA and STScI